segunda-feira, 30 de janeiro de 2012

Candombe para vos

CANDOMBE PARA VOS (Lyber bermúdez) Si pido, es para que vuelvas/ Si pienso, es porque te estraño/ Si lloro, es porque tu no estas/ Me lastima tu ausencia sin parar Si miro, será en tu mirada/ Si espanto, será la tristesa/ Si siento, sentire el corazón/ Que palpita incesante por vos. Hay pasion, escucha mi cancion,/ Hay mi amor, um candombe para vos Si duermo, yo sueño contigo/ Si canto, reflejo mi alma/ Si sufro, porque no aguanto mas/ Tengo el cuerpo cansado de esperar/ Si grito, gritare tu nombre/ Si corro, es para tus brazos/ Si llegas, termina mi dolor/ Nuestro amor reflorece sin temor/ Hay mi flor, escucha mi tambor/ Hay mi amor, um candombe para vos

terça-feira, 17 de janeiro de 2012

Hoy se cumplen 23 años de la muerte de Alfredo Zitarrosa

Hace 23 años, un 17 de enero de 1989, Uruguay perdía a una de las más importantes voces de la música. A los 53 años fallecía Alfredo Zitarrosa. Compositor musical, intérprete, poeta y periodista, Zitarrosa fue uno de los artistas más importantes de la música uruguaya. Era hijo de Jesusa Blanca Nieve Iribarne, quien a poco de nacer lo dio en adopción al matrimonio Carlos Durán y Doraisella Carbajal, hermana del cantautor José Carbajal. Fue inscripto bajo el nombre de Alfredo Iribarne y luego tomó el apellido Durán. Su infancia transcurrió en Santiago Vázquez y pasó sus veranos en el campo, en Flores. Esos lugares marcaron luego su obra, que incorporó la música típica de la campaña y, en ocasiones, sus formas poéticas. Fue criado en la fe cristiana e incluso llegó a ser monaguillo. En su adolescencia, Blanca Iribarne se casó con el argentino Alfredo Zitarrosa y se fue a vivir con ellos en Montevideo. Por segunda vez cambió de apellido y comenzó a firmar con el nombre que se lo conoce. En esos años, además de estudiar, trabajó como oficinista, vendedor de muebles, agente de una sociedad médica y en una imprenta. Luego incursionó en el teatro y en la radio, como locutor, gracias a su fabulosa voz. Ya entonces escribía poesía; obtuvo el Premio Municipal de Poesía en 1958. Dos años más tarde creó su primera canción, la zamba Recordándote, una composición muy influenciada por el estilo del grupo argentino Los Chalchaleros, entonces muy populares, según contó luego. En 1962 viajó a Perú por motivos amorosos. Trabajó como cantante en bares y como periodista en la revista Siete Días; hizo su primera aparición en televisión cantando Milonga para una niña, uno de sus primeros éxitos. Él recordó así aquel episodio: "No tenía ni un peso, pero sí muchos amigos. Uno de ellos, César Durand, regenteaba una agencia de publicidad y por sorpresa me incluyó en un programa de TV, y me obligó a cantar. Canté dos temas y cobré 50 dólares. Fue una sorpresa para mí, que me permitió reunir algunos pesos". De regreso a Uruguay, pasó por Bolivia, donde participó en programas radiales. Una vez en Montevideo, debutó en 1965 en el Auditorio Nacional del Sodre. Junto a Daniel Viglietti y José Carbajal integró el movimiento de resurrección de la música de raíz nacional, aunque con un giro muy politizado afín a la izquierda, en tiempos de gran radicalización. Con su peculiar aspecto físico –de baja estatura, delgado, peinado hacia atrás con gomina, siempre de saco y con aire tanguero– y voz inconfundible –elegante, de barítono-bajo– se volvió extremadamente popular en el Río de la Plata. Su carrera se proyectó internacionalmente a partir de 1970, tras su debut en Buenos Aires. Declarado anarquista, entendía su creación artística como una forma de actividad política. En 1974, ya en plena dictadura, adhirió al Partido Comunista, lo que fue claramente perceptible en algunas de sus letras de años posteriores. Con su obra proscrita en la región e impedido de actuar (aunque el régimen uruguayo utilizó A José Artigas como cortina musical de sus cadenas radiales), el 9 de febrero de 1976 abandonó el país y se radicó sucesivamente en Argentina, España y México. Entre 1965 y 1988 grabó unos 40 discos larga duración, en diferentes países, mayoritariamente en Uruguay y Argentina. Recibió en vida innumerables distinciones y premios, como la Condecoración con la Orden Francisco de Miranda por parte del gobierno de Venezuela en 1978. Volvió a Uruguay el 31 de marzo de 1984 y fue recibido por una multitud en el Aeropuerto Internacional de Carrasco; luego dio un conmovedor concierto bajo lluvia en el Estadio Centenario. En 1970 se había casado con Nancy Marino, con quien tuvo dos hijas: Carla Moriana y María Serena. En 2004 su familia creó la Fundación Zitarrosa con el apoyo de amigos y personalidades de la cultura, con objetivo de preservar su legado y trabajar a favor de la cultura, de los valores humanistas e ideales sociales.